Introducción
Daniel Hernández-Salazar es uno de los primeros fotógrafos guatemaltecos que tiene claro de que la fotografía no solo es utilitaria para souvenirs personales o la publicidad, sino que es un lenguaje, una forma de narración y expresión. Su producción fotográfica, funde conceptos del fotoperiodismo y de la fotografía vista como arte. Es posible decir que borra los límites entre los géneros fotográficos de antaño. Al mismo tiempo es uno de los primeros fotógrafos de la región centroamericana, en la década de los ochenta del siglo XX, en abordar, como forma artítica el discurso queer y al mismo tiempo ayudar a memorializar el traumático pasado reciente de Guatemala. Al mismo tiempo utilizó el gran formato creando mosaicos de sus imágenes, contruídos con hojas de papel fotográfico tradicional que él mismo procesaba en su cuarto oscuro, para lograr tamaños nunca vistos en el país, alejado de las medidas tradicionales que constreñían los formatos fotográficos de la época (década de los noventa del siglo XX), con esto transformó la visión de la fotografía en blanco y negro.
Toda su producción fotográfica se decanta por el estudio de la figura humana, en especial del cuerpo masculino, el paisaje local, así como el seguimiento a los procesos diversos de la búsqueda de los desaparecidos, desenterramientos de fosas clandestinas, y juicios posconflicto armado guatemalteco. También activista de los derechos humanos, su cámara se ha puesto del lado de los menos favorecidos y proyectado al mundo los sucesos acaecidos en Guatemala. Algunos podría definirlo como un “artivista” por combinar las dos cosas.
A Hernández-Salazar se le define como un “humanista posmoderno, (…) es entenderlo dentro del contexto de la (…) geración de artistas-intelectuales que emergen de la globalización y especialmente dentro de las luchas, crisis y oportunidades que ésta ha generado. Él ha asimilado todas la tendencias del pensamiento y el arte posmoderno transnacional, es cosmopolita. Al mismo tiempo, sin embargo, se ha enraizado en su nativa Guatemala, preocupado por las agonías políticas y el alivio de su país, es obstinadamente local” (Weinstein, 2007, 46).
Para el VIII Congreso Centroamericano de Estudios Culturales, Hernández-Salazar ha preparado tres series, una sobre el Volcán Pacaya (actualmente en erupción) donde enuncia una historia de el hombre y el volcán. También es posible observar, parte de su serie Músicos de la tradición popular de Guatemala y otra colección con el nombre de El camino del Ángel.
Daniel Hernández-Salazar (Guatemala, 1956) (dfdjhs@gmail.com)
Mí interés por la fotografía inicio en la niñéz, para convirtirse en pasión cuando estudié arquitectura. Durante la guerra civil de Guatemala en los años 80’s, trabajé como reportero gráfico las agencias internacionales Agence France Presse, Reuters y Associated Press. Actualmente soy fotógrafo independiente, centrando mí interés en el retrato, el desnudo y la memoria histórica.
Nunca he abandonado la práctica de la fotografía analógica tradicional y de revelado en cuarto oscuro y soy uno de los únicos en Guatemala que aún practican y enseñan esta técnica. Al mismo tiempo domino las técnicas y equipos digitales.
Mí trabajo ha sido presentado en más de 30 exposiciones individuales y más de 40 colectivas en Norte, Centro y Sur América, Europa, Japón y Corea. Por mí labor artística en servicio de los Derechos Humanos, recibí en 1998 el Premio Humanitas Jonathan Mann de la Asociación Internacional de Médicos en el cuidado del SIDA, y fuí nombrado Caballero y Oficial de la Orden de las Artes y las Letras por el Gobierno francés en 2005 y 2017.
Mí obra ha sido publicada en dos antologías personales por la editorial Kage Shobo, (Tokio, 2006) y de la Universidad de Texas (Austin, 2007). Además mí trabajo ha sido presentado en publicaciones académicas, de arte y noticiosas incluyendo el Blog del New York Times LENS, y las Revistas Harper’s y 6 mois, entre otras. Desde 2012 Noviembre, mí obra está incluida en la colección permanente del Museo del Holocausto y Derechos Humanos Kazerne Dossin en Mechelen, Bélgica. En septiembre de 2014, fuí nombrado curador y diseñador de mi exposición titulada Genocidio descartado, Guatemala una tragedia silenciada, presentada en ese museo, hasta hasta marzo 2015.
Recientemente trabajé en el proyecto fotográfico se re(v)bela, el cual fue expuesto en febrero de 2016 en Guatemala, en 2017 en Quetzaltenango, y en 2018 en San Salvador. En la actualidad e inspirado por la pandemia del Coronavirus, desarrollé la serie titulada Ciudad desierta, trabajo una nueva serie de paisaje y prosiguo mi trabajo acerca del cuerpo y la memoria.
De manera paralela e desarrollado y coordinado otras actividades en el campo de la música. Dentro de estas destacan la realización y coordinación en diciembre de 1997 del concierto Cien campanas para la Paz conmemorando el primer aniversario de la firma de los Acuerdos de Paz. La dirección de Festivales Internacionales de órgano en la Catedral Metropolitana y diversos conciertos del Cuarteto del Alba.Representado en Bélgica por la Galería Verbeeck-Van Dyck.
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Serie Pacaya
En esta serie Hérnandez-Salazar alude al enfrentamiento tierra-hombre. En un primer momento el ser humano se rinde ante la magnificencia de la naturaleza, en cierta forma la venera. Luego pasa al disfrute de las bondades que le propicia este nuevo espacio. Después en un acto de curiosidad, se adentra en las profundidades de la tierra; luego en un acto inconcebible, parece fecundarla. La tierra parece reaccionar y el ser humano se siente pequeño y solo ante la magnificencia de la reacción de la tierra, el volcan que muestras su poder de destrucción, dibujando nuevos paisajes, quemando la tierra con lava incandescente y tiñendo el cielo de cenizas.
Todas las fotografías de la serie Pacaya fuero tomadas en las cercanías del Volcán de Pacaya.

Serie: Músicos tradicionales de Guatemala
Junto con el antropólogo Aldredo Gomez-Davis, Hernández-Salazar recorrio por varias temporadas diversos sistios de la geografía del país, para grabar y fotografíar a los músicos tradiconales de diversos poblados. El resultado es una impesionante colección de músicos de diferentes étnias, sin hacer de ellos una colorida postal turística. Esta serie respeta la dignidad de la persona y ha quedado como registro importante de este tipo de música olvidada y de instrumentos peculiares.
Domingo Perez De Leon. corneta. Totonicapán. Gaspar Pérez. Matraca. Cantón Vitzal, Santa María Nebaj. Maestros cantores en latín. Santa María Nebaj, El Quiché. Carlos Raúl Rosales, Contrabajo. Petén. Marimba Unión Occidental. Cantón Cuxliquel, San Cristóbal Totonicapán. Marimba «Chispita». Chiyax, Totonicapán. Julio Felipe Batz, trompea y tambor. Tzancotón, Totonicapán. Santos Martín Sic Tzul. Baile de Xacalcojes. Chuisuc I, Totonicapán. Sic Tzul. Baile de Xacalcojes. Chuisuc I, Totonicapán. Catarino y , Baltazar Irineo Tzunún, Chirimía y tambor, Xolxacmaljá, Totonicapán. Simón Eugenio García. Marimba Danza de Pascarines. Totonicapán. Grupo de Punta. Livingston, Izabal. Minelio Baltazar. Tocador de caracol. Livingston, Izabal. Serafina Trigueño, Aida Leiva Lorenzo, Epifanía Trigueño. coro de la Iglesia católica. Livingston, Izabal. «Hermanos». Donald vasquez (Iz) y Carlos marcial (Der). Livingston, Izabal.
Serie: El camino del ángel
EL CAMINO DEL ÁNGEL
Una de las fotografías del políptico Esclarecimiento da origen a una acción-instalación con fotografía. Para que todos lo sepan título individual de esa obra, proviene del mismo Juan Gerardi, Obispo que dirigió el Proyecto de Recuperación de la Memoria Histórica-REMHI y propuso ese nombre para el reporte del proyecto. Dos días despue´s de la presentación del reporte, Gerardi fue brutalmente asesinado. La noche anterior al primer aniversario de su martirio, por varios puntos de la ciudad de Guatemala aparecieron copias de esa foto del ángel que grita y denuncia la verdad. Para 1999 no existían en Guatemala impresoras de gran formato, por lo que Hernández-Salazar dividió su imagen en 54 partes tamaño carta y las reprodujo en una fotocopiadora, con lo cual logró hacerlo viable y sobre todo clandestino. Los lugares donde apareció el angel fuerón los cuarteles militares, cercanias de la oficina de Inteligencia del Ejercito de Guatemala y en viaductos de gran circulación. Esta obra se transformó en el icono que recuerda que en Guatemala hubo un sangriento conflicto armado, algo que no debería de olvidarse. Luego con la llegada de las impresoras de gran formato y sobre vinil, logró nuevas formas de intervención en manifestaciones y reclamos sociales. Posteriormente y conforme pasó el tiempo Hernández-Salazar lleva esta imagen a sitios emblemáticos del mundo: la Casa de las Madres de la Plaza de Mayo en Argentina, frente al domo de la bomba atómica en Hiroshima, sobre el momumento que recuerda la masacre de La Plaza de Tlatelolco en México, hasta llegar al mismo Auschwitz, paradigma de la barbarie humana.
Memorial quema de la Embajada de España, Guatemala. Instalación frente al Palacio Nacional. Guatemala. Intervención del Angel durante un acto simbólico. Visita de hijos de desaparecidos de la Guerra Civil Española al Parque de la Memoria. Sartaguda, Navarra. España. Instalación momentánea del Angel en un lugar simbólico. Domo de la bomba atómica. Hiroshima, Japón. Morge con restos de la masacre de Srebrenica, Bosnia. Instalación fábrica de armas de Guernica, España Marcha memorial Mons. Juan Gerardi, Guatemala. Instalación en exhumación. Gongju. Corea del Sur. Homenaje a Luis Molina Losa.
Campus Central USAC.Memorial a desaparecidos. Comalapa, Guatemala. Instalación momentánea del Angel en un lugar simbólico. Oficina Central de las Madres de la Plaza de Mayo. Buenos Aires, Argentina. Acción con el Angel en un lugar simbólico. Entrada del Campo de Concentración de Auschwitz I. Oswiecim, Polonia. IEntrada del Campo de concentración de Auschwitz II, Polonia. Misa por los mártires. Sacualpa, El Quiché. Marcas de metralla. Srebrenica, Bosnia. Plaza de masacre de Tlatelolco, México.